Aquí tienes siete consejos ergonómicos que te ayudarán a trabajar de forma saludable y eficiente desde casa:
Adoptar actitudes diferentes
El cuerpo humano está diseñado para el movimiento. En lugar de permanecer horas y horas en la misma postura, hay que adoptar posturas diferentes. Un cambio de postura favorece la circulación sanguínea y es fácil para los músculos. Por ejemplo, las llamadas telefónicas pueden hacerse de pie o caminando, mientras que los correos electrónicos pueden escribirse como dictados de voz mientras se está tumbado en el sofá. Los expertos en ergonomía insisten en que la mejor postura es siempre «la siguiente».
Una silla giratoria de oficina ergonómica: el trono de las buenas posturas
Una silla ergonómica es esencial para trabajar en un escritorio durante largos periodos de tiempo. La silla debe ajustarse de modo que los pies queden apoyados en el suelo y las rodillas formen un ángulo de 90 grados. Un respaldo flexible sostiene la espalda en cualquier posición. Sin embargo, como estar sentado mucho tiempo puede ser perjudicial, conviene inclinarse hacia atrás con regularidad y mantenerse en movimiento para favorecer la circulación sanguínea y reducir la presión sobre los discos intervertebrales.
Equipos para mejorar el rendimiento y favorecer la postura
El equipamiento técnico adecuado también desempeña un papel en la ergonomía. Si trabajas en un escritorio durante largos periodos de tiempo, debes utilizar un teclado y un ratón externos y, si es posible, un monitor independiente. Cuando se trabaja con un ordenador portátil, un soporte puede ayudar a ajustar la altura correcta de la pantalla para evitar tensiones en la zona del cuello.
El uso de los dispositivos inteligentes necesita que adoptemos posturas inteligentes
Las tabletas y los teléfonos inteligentes permiten trabajar de forma flexible, pero entrañan riesgos ergonómicos si se utilizan en posturas antinaturales durante largos periodos de tiempo. Las tabletas se utilizan mejor con un teclado externo para crear contenidos. Una posición relajada en el sofá también está bien para tareas de lectura o para navegar por Internet, siempre que no se convierta en una postura permanente. Asegúrate de que tu espalda está bien apoyada.
Sentarse activamente para mantener el cuerpo en movimiento
El ejercicio es esencial para nuestra salud. El metabolismo humano está estrechamente ligado a la actividad física. Para minimizar los riesgos para la salud de permanecer sentado durante mucho tiempo, hay que sentarse de forma activa, es decir, cambiar de postura con regularidad y mantenerse dinámico. Movimientos sencillos como balancear la silla o cambiar de postura favorecen la circulación sanguínea y aumentan la capacidad de concentración.
De pie para el cambio de postura
Algunas tareas pueden realizarse de pie o incluso caminando. Las llamadas telefónicas, los mensajes y las videoconferencias son ideales para realizarlas de pie. Estar de pie aumenta la circulación sanguínea y estimula la actividad cerebral. Si utilizas esta opción con regularidad, puedes crear un cambio saludable respecto a estar sentado.
Más movimiento al cambiar de trabajo
Para integrar más movimiento en la rutina diaria, puede ser útil cambiar de vez en cuando de lugar de trabajo. Las tareas temporales pueden realizarse en la cocina o el comedor. Aunque sólo se trabaje allí durante poco tiempo, las sillas ergonómicas también ofrecen un buen apoyo en este caso. Las pausas deben aprovecharse conscientemente para abandonar el lugar de trabajo y activar el cuerpo mediante el movimiento.
La ergonomía no es sólo cuestión del equipamiento adecuado, sino también de la postura y el movimiento personales. Adoptando conscientemente posturas diferentes, cambiando regularmente de postura y utilizando mobiliario ergonómico, podemos mejorar notablemente nuestro bienestar y rendimiento en la oficina doméstica.