Aunque las casas flotantes son parte integrante del paisaje urbano en muchos lugares, el barco-oficina «LORE » de Hamburgo es realmente único. Hablamos con su propietario, Martin Müller-Wolff, sobre esta experiencia de oficina tan especial.
Foto: Martin Müller-Wolff
Mucha gente imagina su lugar de trabajo con suaves olas, unas vistas maravillosas y un equipamiento de primera. ¿Qué le hizo decidirse por un espacio de coworking flotante?
Para ser sincero, fue menos un plan y más una coincidencia. Nosotros mismos vivimos en una casa flotante en Barmbek Süd, justo enfrente de una pareja de arquitectos que diseñaron, construyeron y mantienen el LORE. Luego sus planes cambiaron, vendieron y continuamos con la oficina compartida sin ellos.
Danos una idea de lo que se cuece entre bastidores: ¿Qué grupos profesionales disfrutan especialmente utilizando el LORE? ¿Está surgiendo alguna tendencia?
Sorprendentemente, las formas alternativas de trabajo como el coworking no están en absoluto orientadas a grupos profesionales específicos. Por ejemplo, tenemos agentes inmobiliarios, arquitectos, diseñadores de yates, desarrolladores de software, ingenieros, diseñadores de comunicación y una empresa de alquiler de grúas. Sin embargo, son sobre todo profesiones creativas las que acuden a nosotros y luego, en el mejor de los casos, desarrollan sinergias entre sí.
Foto: Martin Müller-Wolff
Con la mano en el corazón: ¿Qué fue especialmente importante para ustedes a la hora de amueblar/diseñar y qué papel desempeña en ello la sostenibilidad?
La sostenibilidad es muy importante para nosotros y queremos dar ejemplo a nuestros inquilinos. Por ejemplo, gestionamos la nave de oficinas buscando la neutralidad en emisiones de CO2, es decir, la calefacción y el agua caliente se generan mediante una bomba de calor cuyas necesidades de electricidad se cubren con electricidad verde y, en el futuro, con energía fotovoltaica. Además, hay aislamiento térmico estructural, como persianas enrollables exteriores y triple acristalamiento, de modo que el balance energético es extremadamente positivo. En cuanto al mobiliario, practicamos la sostenibilidad utilizando muebles de alta calidad, atemporales y, en algunos casos, multifuncionales, que nos servirán durante mucho tiempo.
Foto: Martin Müller-Wolff
Si tuviera que nombrar tres atributos, ¿qué aprecian especialmente los inquilinos de LORE?
La cercanía a la naturaleza: en primer lugar, les encanta la vista despejada desde todos los escritorios sobre el agua centelleante, que se refleja en ondas en el techo y, por tanto, inspira constantemente nuevas ideas. Además, la conexión directa con la naturaleza, con las aves acuáticas que pasan nadando o la lluvia que cae de vez en cuando sobre las claraboyas.
Familiar: Con sólo 14 puestos de trabajo, que se alquilan exclusivamente de forma permanente y no como mesas flexibles, somos un espacio de coworking relativamente pequeño. Incluso cuando se incorpora alguien nuevo, nos aseguramos de que el ambiente con todos los implicados evolucione de amistoso a casi familiar. Esto ha funcionado muy bien hasta ahora y es muy apreciado por los inquilinos.
Agradable: A nuestros inquilinos también les gusta el hecho de que el diseño interior sea relativamente sencillo, pero de buen gusto y no incómodo.
Y una última pregunta: con vistas, en una salita tranquila o en el bullicio de los cafés de moda, ¿cuál es su forma favorita de trabajar?
Personalmente, necesito toda esa repetición: Un lugar de paz y concentración, pero también inspiración de los demás, dependiendo del tipo de trabajo que esté haciendo. LORE es muy versátil en cuanto a espacio: una sala con tres mesas dobles, una sala con dos mesas para cuatro personas, pero también dos salas insonorizadas para reuniones, llamadas telefónicas, trabajo concentrado sin distracciones o incluso para una siesta energética.
Texto: Johanna Soika & Bernadette Trepte | Foto: Sebastian Gundlach & Müller-Wolff/ Winkler GbR
