En los últimos años, nuestro mundo laboral ha cambiado drásticamente. La pandemia nos obligó a trabajar desde casa y este cambio ha influido en la forma en que trabajamos y vivimos hoy en día. La vuelta a la oficina no solo trajo consigo la reanudación de las prácticas tradicionales, sino también una nueva era de flexibilidad y libertad de elección.
Los modelos de trabajo híbridos determinan la cultura laboral moderna
Los empleados pasan ahora al menos uno o dos días a la semana fuera del entorno tradicional de oficina. Este cambio tiene dos consecuencias importantes: modifica los requisitos de los espacios urbanos que cumplen las funciones tradicionales de oficina y aumenta la demanda de espacios que no se consideran tradicionalmente oficinas.
Las empresas y los empleados se están dando cuenta de que la elección de dónde trabajar no se limita a la ubicación física. Se trata más bien de elegir el espacio de trabajo, pero también el tipo y el horario de trabajo. Esta flexibilidad no solo repercute en el equilibrio entre el trabajo y la vida privada, sino que también da lugar a una nueva forma de integración de la vida laboral en la vida privada: una mezcla de trabajo y vida privada o «Work-Life-Blend».
«Work-Life-Blend» y la ciudad: de barrios de oficinas a entornos de trabajo diversos
El impacto de esta evolución en las ciudades no puede pasarse por alto. El papel tradicional de las ciudades como centros de trabajo está cambiando. Los planificadores urbanos deben identificar qué barrios deben reestructurarse para satisfacer las necesidades de una población trabajadora cada vez más nómada.
Sin embargo, la intensidad del impacto varía mucho en todo el mundo. El funcionamiento de las oficinas en China casi ha vuelto a los niveles precovid, mientras que en EE. UU. es casi impensable trabajar en una oficina como antes. Esto está provocando un verdadero problema de ordenamiento en los espacios públicos. La situación actual en Europa está a medio camino entre EE. UU. y China. Aquí, en particular, estamos asistiendo a un fuerte crecimiento de los espacios de coworking.
La evolución de los «terceros lugares»
El término «terceros lugares» describe espacios fuera de la oficina y el hogar donde la gente puede trabajar. Originalmente, las cafeterías eran los «terceros lugares» más populares. Sin embargo, la posibilidad del trabajo híbrido ha hecho que los cafés ya no sean los únicos lugares a los que acudir; de hecho, muchos otros lugares públicos como restaurantes, parques, aeropuertos y vestíbulos de hoteles van ganando usuarios. Esta diversidad plantea nuevos retos para el diseño de los espacios de trabajo en las ciudades. Volviendo al término de «Work-Life-Blend», la cafetería es un magnífico ejemplo. Porque allí es donde vamos tanto a trabajar como a disfrutar de un café en nuestro tiempo libre.
El futuro de la oficina: dar respuesta al «Work-Life-Blend» y los modelos de trabajo híbridos
Para mantener el atractivo de la oficina como lugar de trabajo a pesar de esta evolución, es necesario rediseñar los espacios de trabajo. Un estudio reciente de Sedus mostró que las oficinas sirven principalmente como espacio común dentro de una empresa. La posibilidad de colaboración y el apoyo tecnológico in situ son factores decisivos en este sentido.
La transformación del espacio de trabajo incluye la creación de zonas comunes que no solo fomenten la eficiencia y la productividad, sino que también permitan la interacción social y el encuentro. Estos cambios son cruciales para competir con otros «terceros lugares» y apoyar modelos de trabajo híbridos.
La evolución de un concepto como el «Work-Life-Balance» al «Work-Life-Blend» es un factor apasionante que hay que observar. Pero, en general, el futuro del trabajo se caracterizará por la flexibilidad y la diversidad, y las ciudades y las oficinas tendrán que adaptarse en consecuencia para gestionar con éxito este cambio.
